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20 Siempre tengo presente este terrible tiempo
mientras me lamento por mi pérdida.
21 No obstante, aún me atrevo a tener esperanza cuando recuerdo lo siguiente:
22 ¡El fiel amor del Señor nunca se acaba[a]!
Sus misericordias jamás terminan.
23 Grande es su fidelidad; sus misericordias son nuevas cada mañana.
24 Me digo: «El Señor es mi herencia, por lo tanto, ¡esperaré en él!» -Lamentaciones 3:20-24(NTV)
21 No obstante, aún me atrevo a tener esperanza cuando recuerdo lo siguiente:
22 ¡El fiel amor del Señor nunca se acaba[a]!
Sus misericordias jamás terminan.
23 Grande es su fidelidad; sus misericordias son nuevas cada mañana.
24 Me digo: «El Señor es mi herencia, por lo tanto, ¡esperaré en él!» -Lamentaciones 3:20-24(NTV)
Mas no habrá siempre oscuridad para la que está ahora en angustia, tal como la aflicción que le vino en el tiempo que livianamente tocaron la primera vez a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí; pues al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles.
2 El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos.
3 Multiplicaste la gente, y aumentaste la alegría. Se alegrarán delante de ti como se alegran en la siega, como se gozan cuando reparten despojos.
4 Porque tú quebraste su pesado yugo, y la vara de su hombro, y el cetro de su opresor, como en el día de Madián.
5 Porque todo calzado que lleva el guerrero en el tumulto de la batalla, y todo manto revolcado en sangre, serán quemados, pasto del fuego.
6 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
7 Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.
Isaias 9:1-7
2 El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos.
3 Multiplicaste la gente, y aumentaste la alegría. Se alegrarán delante de ti como se alegran en la siega, como se gozan cuando reparten despojos.
4 Porque tú quebraste su pesado yugo, y la vara de su hombro, y el cetro de su opresor, como en el día de Madián.
5 Porque todo calzado que lleva el guerrero en el tumulto de la batalla, y todo manto revolcado en sangre, serán quemados, pasto del fuego.
6 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
7 Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.
Isaias 9:1-7
4 Y vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:
5 Antes que yo te formara en el seno materno, te conocí, y antes que nacieras, te consagré, te puse por profeta a las naciones.
6 Entonces dije: ¡Ah, Señor DIOS! He aquí, no sé hablar, porque soy joven.
7 Pero el SEÑOR me dijo: No digas: “Soy joven”, porque adondequiera que te envíe, irás, y todo lo que te mande, dirás.
8 No tengas temor ante ellos, porque contigo estoy para librartedeclara el SEÑOR.
9 Entonces extendió el SEÑOR su mano y tocó mi boca. Y el SEÑOR me dijo: He aquí, he puesto mis palabras en tu boca.
10 Mira, hoy te he dado autoridad sobre las naciones y sobre los reinos, para arrancar y para derribar, para destruir y para derrocar, para edificar y para plantar.
Jeremias 1:4-10
5 Antes que yo te formara en el seno materno, te conocí, y antes que nacieras, te consagré, te puse por profeta a las naciones.
6 Entonces dije: ¡Ah, Señor DIOS! He aquí, no sé hablar, porque soy joven.
7 Pero el SEÑOR me dijo: No digas: “Soy joven”, porque adondequiera que te envíe, irás, y todo lo que te mande, dirás.
8 No tengas temor ante ellos, porque contigo estoy para librartedeclara el SEÑOR.
9 Entonces extendió el SEÑOR su mano y tocó mi boca. Y el SEÑOR me dijo: He aquí, he puesto mis palabras en tu boca.
10 Mira, hoy te he dado autoridad sobre las naciones y sobre los reinos, para arrancar y para derribar, para destruir y para derrocar, para edificar y para plantar.
Jeremias 1:4-10