Como padres temerosos de Dios nuestro mayor interés es que nuestros hijos amen a Dios y guarden su palabra en su corazón.

Nosotros nos apropiamos de esas promesas, aprendiéndolas de memoria y cuando nuestros hijos se nos recuestan, o cuando oramos por ellos, podemos poner manos sobre ellos y decirlas sobre su vida

Muchos padres asumen que sus hijos saben cuánto los aman, por las cosas por las dan, pero la realidad es que muchos hijos no saben si su papa o mama los aman, porque no nunca lo han escuchado de sus labios.

Cuando expresamos verbalmente palabras de bendición basadas en la Palabra de Dios, estamos colaborando para que las promesas que Dios ha hecho de bendecirnos, se hagan una realidad.

Disfrutemos a nuestros hijos y dejemos que ellos nos disfruten a nosotros, Esos son los momentos que hacen fuertes a las familias, esas son los momentos que ensenan valores a nuestros hijos, esos son los momentos que los afirma y los hace sentirse mas seguros de si mismos, esos son los momentos que les da valor.

Nuestros hijos están viendo todo lo que nosotros estamos haciendo. Aunque veamos que están distraídos viendo la televisión o haciendo la tarea o jugando con su juguete preferido.

Si nuestros hijos no nos ven a nosotros hacer las cosas que esperamos que ellos hagan es muy difícil que ellos lo hagan, no que lo no lo puedan aprender por si solos, pero les tomara mas tiempo